Miguel Moreno Mena El partido inaugural dejó mucho que desear. Por primera vez, el anfitrión no logró sumar ningún punto en el encuentro que abre el torneo. El nivel de la selección catarí no fue lo esperado y, como colofón, los aficionados locales comenzaron a abandonar su asiento. ¿Un Mundial con las gradas vacías?
Ecuador dio un gran nivel. La Tri, a pesar de que el rival era claramente inferior, tuvo el dominio absoluto del encuentro. Salió rápido cuando fue necesario y supo poner el freno. Valencia fue el héroe ecuatoriano, con dos tantos. Incluso pudo llevarse el balón a casa, pues en el minuto tres le anularon un primer gol por un fuera de juego por centímetros. Antes de ver la imagen con la línea trazada, algunos comenzaron a ver con malos ojos el arbitraje, como ese hincha de Ecuador que se giró hacia el palco realizando el gesto del dinero. El goleador, por cierto, es el autor de los últimos cinco goles de esta selección en los mundiales.
Qatar también logró algo inédito, aunque poco positivo. Se convierte en el primer anfitrión que pierde el primer partido, y, ahora mismo, resulta complicado visualizar un partido en el que puntúen. Pero, como dice el titular, la mayor preocupación con los cataríes no es su nivel deportivo, sino la falta de interés de la población. Muchos ciudadanos estaban viendo su primer partido de fútbol. Disfrutaron de un show inicial, con música en directo y la figura de Morgan Freeman. Pero, a la media hora, su equipo perdía claramente. Llegó el descanso, y para algunos ya había sido suficiente, por lo que no retornaron a su asiento. A los sesenta minutos de partido, los huecos libres en las gradas eran más que visibles, llegando al final del encuentro con poco más que la afición visitante.
A todos los problemas y críticas que podemos encontrar en este Mundial ya podemos sumar uno más, la falta de tradición futbolística. Este evento supone una oportunidad de apertura del país –o así lo ven desde la sede– pero en ningún caso supone un gran entretenimiento para ellos.
Miguel Moreno Mena.
