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Compra del Newcastle

Compra del Newcastle. La temporada pasada una noticia estalló en el mundo del fútbol. La explosión salpicó a todos los rincones pero tuvo como epicentro el norte de Inglaterra. El Newcastle, equipo histórico del fútbol inglés, fue comprado por Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, dueño de la casa más cara del planeta, del cuadro de Da Vinci valorado con el precio más alto para cualquier pieza de pintura y de todo tipo de lujos que puedas imaginar. Dinero no le falta, es más, multiplica por 15 al dueño Del City, si, así es, los jeques que dominan el mercado se son solo “principiantes” si hablamos de presupuestos totales. Aún es todo una incógnita, no sabemos cuánto invertirá, cuánto estará dispuesto a arriesgar pero, desde luego, no parece que vaya a tener demasiados límites.

Entre los 50 y los 60, el Madrid de Di Stéfano gobernaba el fútbol, más adelante los Cruyff, el káiser Beckenbauer y su Bayern, la hegemonía de los ingleses, la vuelta de Madrid con Zidane o el Barça de Pep, desarrollaron un turnismo en el poder, ofreciendo estilos totalmente diferentes. Sin embargo, en esta década ha aparecido un nuevo presidente, casi dictatorial, que es el dinero

Desde la famosa cláusula de Neymar, el mercado parece una subasta de coches deportivos más que jugadores de fútbol cambiando de equipo. Los grandes equipos están liderados por inversores ultramillonarios y muchos de los propios deportistas buscan el sueldo más alto por delante del equipo de su infancia. Es cierto que siempre han existido clubes con mejores mercados y más posibilidades financieras, al fin y al cabo, es ley de vida, incluso es necesario ciertas clases. La diferencia es que, lo que antes era un escalón de distancia, ahora son unas escaleras completas. Es prácticamente imposible que un equipo inferior económicamente de la sorpresa en liga o Champions, y si ya habían pocas opciones, proyectos como la Supeliga no ayudan.

Ahora llega un nuevo magnate, la afición de St James Park salió a la calle a celebrarlo, como es lógico, pero veremos si muchos de ellos no acaban perdiendo esa magia que les unía a su club. No es un problema sin solución real. Un verdadero fair play, que funcionase como un límite salarial que todos deben cumplir, permitiría grandes inversiones sin llegar oligopolio al que estamos evolucionado. 

Ya sea por parte de la UEFA, como los propios clubes, es necesario una reforma que frene este avance, sino, poco a poco, perderemos las grandes historias y los mejores momentos de este deporte.

Fuente: sport

Miguel Moreno Mena.

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2 comentarios

  1. Que buen artículo, se ve el trabajo duro reflegado en las palabras que usas. Simplemente maravilloso

  2. Si solo importa el dinero, al final solo es un negocio. Que atrás queda el deporte,…

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